Gonzalo Jara se llevó los reflectores en el último partido de la fase de grupos entre Chile y Uruguay.

Corrían los minutos 70´s en un partido que aún no tenía goles, cuando un pollo que corría a toda velocidad apareció en la cancha del Maracaná.

Era un espontáneo que a la mitad de su carrera se quitó la cabeza del disfraz de pollo para tener mejor visión del campo.

Mientras el intruso era perseguido por la seguridad del estadio, se dirigía, sin saberlo, hacia el futbolista que lo tumbaría con una descomunal patada.

Gonzalo Jara tira al intruso

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Con la patada de Jara, el intruso cayó al césped y los policías del Maracaná lograron inmovilizarlo para retíralo del terreno de juego.

El juego tardó en reaundarse ya que no se ponían de acuerdo entre los jugadores de las dos selecciones y el árbitro central, en quién debía tener el balón.

Además un Luis Suárez experto en temas de indisciplina, reclamaba al central que debía expulsar a Gonzalo por la agresión que propició al intruso.

A pesar de que muchos tiraron de loco a Suárez y no le hicieron mucho caso por su oscuro pasado, que tiene una mano para evitar un gol y una mordida a la Mike Tyson; el delantero charrúa tenía razón.

“Si un jugador se emplea o tiene la intención de emplearse con fuerza excesiva o con brutalidad contra un adversario…un espectador o contra cualquier otra persona”, se lee en la regla.

“Independientemente de si se produce o no contracto, la acción será considerada conducta violenta”, termina la regla.

Por lo que los reclamos de Suárez tenían validez y el chileno jugó de gratis los últimos minutos del partido.