Imagen: AFP
- Jacarezinho es famosa porque el año pasado hubo un operativo que dejó casi 30 personas fallecidas.
- La nueva operación es cuestionada por diversas autoridades.
- No obstante, el gobierno de Jair Bolsonaro está empecinado en acabar con la violencia en este sitio.
Centenares de policías están en la favela de Jacarezinho para «recuperar» el control de ese territorio acechado por grupos criminales.
Ahí, en mayo del año pasado se ejecutó la operación policial más letal de la historia de Río de Janeiro.
Alrededor de 1,200 policías armados irrumpieron en esa barriada del norte de la «cidade maravilhosa». Es considerada un bastión de la agrupación criminal Comando Vermelho, indicó la Policía Militar en Twitter.
«El gobierno del estado (de Río) empieza una recuperación del territorio en la comunidad de Jacarezinho. Comunidades aledañas también serán ocupadas», afirmó.
Se trata de «una intervención en esta zona conflagrada para que podamos implementar un proyecto del gobierno del Estado. La seguridad es el primer paso», dijo Ivan Blaz, portavoz de la Policía Militar.
«Los pasos siguientes son los que harán la diferencia: la llegada de servicios sociales, empleo, salud, educación y ayuda social», añadió Blas.
Anteriormente declaró que la situación era de «aparente tranquilidad» y no se registran «tiroteos» entre bandas y autoridades.
Las calles de Jacarezinho, donde viven 90,000 personas según las asociaciones vecinales, estaban vacías y los comercios cerrados, en medio de un ambiente tenso y el miedo de las personas, que se negaron a dar entrevistas.
Reemplazo de las UPP
La megaoperación forma parte de un programa de la gobernación, bautizado Cidade Integrada (Ciudad Integrada), para transformar «comunidades del estado de Rio» donde actúan bandas criminales y narcotraficantes, precisó el gobernador Cláudio Castro en Twitter.
«Las operaciones de hoy son apenas el comienzo de un cambio que va más allá de la seguridad», señaló.
Castro dijo la semana pasada que la iniciativa, con énfasis social y urbanístico, diferirá de las de otras épocas. Ello cuando las autoridades aplicaban una estrategia militar contra los grupos criminales.
Expertos en seguridad y violencia cuestionan ese enfoque por sus pocos resultados y altas tasas de muerte.
Cidade Integrada reemplazará a las Unidades de Policía Pacificadora (UPP), creadas en 2008 durante el mandato del exgobernador Sergio Cabral, encarcelado a fines de 2016 por corrupción.
Con la presencia permanente de policías en las favelas, las UPP inicialmente redujeron la violencia, pero la situación se deterioró, en parte debido a la grave crisis financiera que afectó a Río después de los Juegos Olímpicos 2016.
Además de comunidades dominadas por el tráfico, el nuevo programa abarcará territorios donde actúan milicias parapoliciales, grupos que han ganado terreno en los últimos años controlando barrios enteros a base de extorsiones, venta ilegal de servicios básicos y disputas armadas.
Según la Red de Observatorios de la Seguridad, conformada por organizaciones académicas y de la sociedad civil, Ciudad Integrada «repite una fórmula fracasada de ocupación militar y no tiene un programa social diseñado».
«No hay articulación entre sectores ni mucho menos diálogo con los habitantes», añadió la ONG, que lo calificó de «jugada electoral» por parte del gobernador, precandidato para los comicios de octubre.
Jacarezinho y la operación más letal de la historia
Jacarezinho fue escenario en mayo del año pasado de una sangrienta incursión policial que dejó 28 personas muertas, incluido un uniformado.
La acción tenía como fin desarticular una banda que reclutaba a personas menores de edad para traficar drogas, robar, secuestrar y asesinar.
Organizaciones de derechos humanos la calificaron como la operación policial más mortífera en la historia de Río y denunciaron ejecuciones sumariales, que la ONU pidió investigar. Desde octubre, la justicia procesa a 2 agentes por homicidio.
El mandatario de Brasil, Jair Bolsonaro, que ganó las presidenciales de 2018 con un discurso de mano dura contra la criminalidad, respaldó la acción policial.
Río de Janeiro, una icónica ciudad de playa con 6.7 millones de habitantes, es conocida por su historial de violencia.