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- Este proyecto se erigió en la zona donde cayeron las Torres Gemelas.
- El One WTC cuenta con tecnología para ser evacuado rápidamente.
- Los aprendizajes en materia arquitectónica tras el 11-S fueron aplicados para la edificación.
Inaugurado en 2014, el One World Trade Center (WTC), el edificio más alto de Estados Unidos, de 541 metros, se convirtió en una torre emblemática de la capital económica del país, símbolo de resiliencia tras el horror de los atentados del 11 de septiembre.
Desde su origen fue concebida como un testimonio de la resiliencia de Nueva York, una visión hacia el futuro a pesar del desastre, afirma Kenneth Lewis, uno de los arquitectos del estudio SOM, que construye rascacielos en todo el mundo.
Aunque las imágenes de las Torres Gemelas en llamas fueron trágicas, nadie cuestionó la idea de erigir otro rascacielos en su lugar.
Para las y los arquitectos fue la ocasión de concretar conceptos con los cuales soñaban hace años.
«Era el comienzo del milenio, había que encarnar una nueva generación de edificios, tanto en términos de seguridad como de impacto sobre el medio ambiente», dice Lewis.
«Blindar el corazón» con un One WTC
Las imágenes de personas saltando al vacío para escapar del fuego figuran entre las más fuertes del 11 de septiembre de 2001.
Tras los atentados, hubo muchos debates sobre cómo evacuar a las personas más allá de las escaleras. Se discutió sobre una suerte de cable donde persona podría atarse antes de lanzarse al vacío. También una especie de túnel de basura gigante por el cual las personas podrían lanzarse, recuerda el arquitecto.
Un paracaidista hizo una demostración del cable. «Daba realmente miedo, era inimaginable que alguien con un poco de sobrepeso o un poco timorato saltara por la ventana», recuerda sonriendo.
Al final, la única solución era «blindar el corazón del edificio con hormigón reforzado, y hacerlo suficientemente amplio como para que la gente pueda salir por allí».
Muchas nuevas normas de seguridad fueron estrenadas en el One WTC, nacido por el 11 de septiembre, y luego se tornaron estándar.
Por ejemplo, la ampliación de las cajas de las escaleras para permitir una evacuación rápida de esta torre de 104 pisos, o la instalación de una señal luminosa en el piso como en los aviones.
También se instalaron cámaras y herramientas de comunicación resistentes al fuego en cada piso, para permitir a rescatistas seguir la situación en cada momento.
Una evacuación rápida
El objetivo final, según Lewis, era «evacuar todo el edificio en una hora como máximo». Los bomberos fueron invitados a las reuniones de trabajo. «Habían sufrido un trauma tal que debían formar parte de la solución», afirmó.
Ellos exigieron un sistema de rescate capaz de paliar una falla de los generadores, como sucedió el 11 de septiembre, con el fin de mantener la electricidad el mayor tiempo posible para evacuar el edificio.
Un incendio no era la única inquietud. En otoño de 2001 hubo varias cartas anónimas con ántrax enviadas a algunos medios de comunicación. Murieron 5 personas por este acto.
«Comenzamos a pensar en un sistema de filtración y en la calidad del aire, no solo en caso de incendio sino también de ataques de este tipo», cuenta.
«Había que identificar todas las amenazas con las cuales un edificio debe trabajar» sin transformarlo «en una fortaleza a la cual ya nadie quiere venir a trabajar».
«Bienestar» en el One WTC
Casi 20 años más tarde, debido a la pandemia de coronavirus, el One WTC y la mayoría de los célebres rascacielos de Manhattan permanecieron vacíos durante meses.
«Pensábamos que las personas regresarían a la oficina mucho más rápido», admite Lewis.
«Rápidamente miramos la filtración de aire, cómo circula (…) la mayoría de los edificios recientes tienen filtros muy eficaces, con partículas, que operan también sobre el virus».
Aunque las torres de oficinas aún no han regresado a sus tasas de ocupación anteriores a la pandemia, nadie pone en duda la vigencia de los rascacielos en el cielo neoyorquino.
Una torre de 600 apartamentos está en construcción en Brooklyn y para 2022 se convertiría en el primer «super rascacielos» fuera de Manhattan. Y una veintena de proyectos similares se hallan en gestación en Nueva York.
A la prioridad ambiental, ya muy presente, se sumó la del bienestar, sostiene Lewis.
«Estamos en 2021, hablamos de salud, de crear espacios exteriores donde la gente pueda trabajar, de terrazas como lugar de trabajo, de reunión… Estamos realmente en un cruce de caminos».
Mientras tanto, el One WTC se ha hecho un lugar entre las imágenes icónicas de Nueva York.
Cuando el Memorial a las víctimas del 11/9 simboliza «el vacío» creado por los atentados, según Lewis, la torre «representa lo positivo», «un lugar de innovación y de reflexión, portador de conceptos modernos de seguridad».