El expresidente de Bolivia, Evo Morales, deja México; partió la mañana del viernes a Cuba en un «viaje temporal». Así lo informó el director de comunicación de la Cancillería mexicana, Roberto Velasco.
«Precisamos que el día de hoy (viernes) el Sr. Morales viajó por la mañana rumbo a Cuba. Según nos informó, se trata de un viaje temporal. Por el momento esa es la información disponible», escribió Velasco en su cuenta de Twitter.
El exmandatario permanece en México como asilado político desde el 12 de noviembre. Fuentes oficiales dijeron a la AFP que desconocen la fecha de un eventual retorno de Morales a México.
Tampoco precisaron si Morales viajó acompañado de sus colaboradores Álvaro García Linera, exvicepresidente, y Gabriela Montaño, exministra de Salud. Ambos llegaron con él a México el mes pasado.
Evo Morales deja México, viaja a Cuba y quizás a Argentina
Según información del diario español El País y otros medios mexicanos, la salida de Morales rumbo a Cuba sería la antesala de un viaje subsiguiente a Argentina. Se dirigiría al país sudamericano una vez que el presidente electo Alberto Fernández, considerado un aliado de Morales en la región, asuma el mando el próximo martes 10.
La partida del exmandatario ocurre el mismo día en que su exministro de Economía, Luis Arce Catacora, dejó Bolivia para exiliarse en México, según informó en una carta difundida en medios del país sudamericano.
A finales de noviembre, Morales dijo que Fernández lo había invitado a su toma de posesión.
«Todavía no me he decidido (…) Agradezco esta gran invitación que es un acto de solidaridad», dijo entonces el exmandatario boliviano.
Morales llegó a México luego de renunciar a la presidencia de Bolivia presionado por las Fuerzas Armadas en medio de una crisis política y social tras unos comicios en los que Morales buscaba un cuarto mandato pero que fueron tachados de fraudulentos por una misión de la OEA.
La violencia desatada por las protestas tras la salida de Morales y por la proclamación de la actual presidenta interina, Jeanine Áñez, provocó la muerte de 29 personas, según datos oficiales. No obstante, organismos independientes elevan esa cifra a 34, coincidente con los registros de la prensa local.