Por: Sergio Villaseñor

Concluida la primera ronda del periodo electoral, las precampañas, dejan más dudas que certezas debido a la propaganda que nos abrumó durante las últimas nueve semanas. Después de demasiados spots de partidos políticos cuyo discurso cansino no suplanta a los de años anteriores no queda claro para los electores por qué es permisible que estas transgresiones se sigan realizando.

Que si estaríamos mejor con ya sabes quien. Que si es insulting and unacceptable. Que si ♪na na na na na… Que si transmiten a través de Facebook su traslado de La Condesa a Santa Fe dejando en evidencia que no tienen ni la menor idea del garimatías que los ciudadanos a los que intentan gobernar padecen todos los días. Así pretenden armar el periodo electoral.

Todos esos mensajes advierten que están dirigidos únicamente a simpatizantes del partido en turno; sin embargo, a pesar de no simpatizar con el PRI, PAN, PRD, MORENA o Movimiento Ciudadano, no es posible escapar de ellos.

La simulación del incipiente periodo electoral no ha servido para nada, pues los militantes de uno u otro partido ni por accidente han contrastado las bondades o maldades de uno u otro precandidato.

En todos los casos había un sólo aspirante por partido, los dados estaban echados. Una buena forma de llevar a cabo el periodo electoral sería que los aspirantes a cualquier cargo nos evitaran la monserga atroz de sus precampañas y se largaran a un lugar remoto a discutir entre ellos y una vez que conversaran y se volvieran un poco más civilizados, entonces regresaran a exponernos sus brillantes ideas.

Evidentemente un periodo electoral así no es posible, sólo nos queda sentarnos a ver cómo los partidos políticos reconfiguran la noción de espacio privado en una sociedad como la nuestra engañada y construida por votantes desinformados.

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