Este domingo se celebraron las elecciones generales en España, en donde el Partido Socialista Obrero Español, conocido como el PSOE de centro izquierda, logró imponerse en las urnas.
El partido, al que pertenece el actual presidente, Pedro Sánchez, logró 123 escaños, superando por más de tres millones de votos a su principal rival, el Partido Popular, una especie de PRI español que ha visto mermada su fuerza en el Parlamento español en donde se quedó con 66 representantes.
Esta fuga de votos que sufrió el PP, es algo similar a lo que vivió el Revolucionario Institucional en México, quien fue castigado en las urnas debido a los constantes casos de corrupción y abuso de poder en el que se ha visto envuelto desde hace décadas.
Por su parte, el partido de centroderecha Ciudadanos, que consiguieron 57 diputados, y el partido de ultraderecha Vox, con sus 24 representantes, fueron otro de los principales problemas que tuvo el PP a la hora de recaudar votos.
Mientras que Unidas Podemos, la coalición electoral formada por los partidos Podemos, Izquierda Unida y Equo, se adjudicó 42 escaños, un resultado muy desfavorecedor teniendo en cuenta que en las elecciones pasadas obtuvieron más votos.
Sin embargo, aunque Pedro Sánchez y su partido tengas las de ganar, es claro que en España, con un paisaje político polarizado y fragmentado, ningún partido obtendrá una mayoría suficiente para poder gobernar en solitario.
Es así que el gobierno español entrara en una era de pactos.
¿Por qué España llegó tan dividida para estas elecciones?
En junio de 2018, Pedro Sánchez llegó al poder y de inmediato impulsó una moción de censura en contra del entonces presidente Mariano Rajoy del PP.
Su partido, como ya habíamos comentando, estaba inmerso en la desgracia y acorralado luego de ser señalado por numerosos casos de corrupción.
Con la iniciativa de Sánchez, fue como una escalera que lo llevó directo a su lugar en la presidencia de gobierno.
Además, el abanderado del PSOE salió avante, gracias al apoyo de diputados pertenecientes a numerosas formaciones, como la izquierdista Podemos, varios grupos nacionalistas y los independentistas catalanes de Esquerra Republicana de Cataluña (ERC) y el Partido Demócrata Europeo Catalán (PDeCAT).
Para mediados de 2018, el PSOE contaba únicamente con 85 escaños, ahora en estas elecciones ha logrado adquirir por lo menos 123 diputaciones, lo que no es suficiente pues para obtener la mayoría absoluta se requieren de 177 escaños.
Por ello, Sánchez necesitará negociar para buscar pactos y mantenerse en el poder, aunque unos horas después de que se anunciara el triunfo del PSOE, sus representantes declararon su intención de gobernar en solitario buscando pactos puntuales.
¿Cuáles podrían ser estos pactos?
Con la izquierda y los partidos pequeños: para que el PSOE pueda permanecer en La Moncloa (algo así como Palacio Nacional en México), algunos analistas consideran que la alianza más natural y necesaria sería asociarse con la izquierdista Unidas Podemos.
Esta es la agrupación que antes había apoyado a Sánchez en su moción de 2018, con el que lograron derrocara Rajoy.
Pero no todo es tan sencillo, pues la alianza encabezada por Pablo Iglesias solo consiguió 42 escaños, lo que no sería un apoyo suficiente para el PSOE, por lo que tendría que buscar el cobijo de otros grupos minoritarios en el Congreso, como los nacionalistas catalanes y vascos.
Al respecto, Lluís Orriols, profesor de ciencias políticas de la Universidad Carlos III de Madrid, considera que la única opción será buscar aliados en la izquierda.
«Va a tener que sondear esa vía. Es obvio que Pedro Sánchez no va a contar con la abstención del Partido Popular o la abstención de Vox. Es decir, va a tener que buscar adhesiones a un pacto de izquierdas parecido al que hubo en la moción de censura», dijo el experto a la BBC.
Con esta combinación de apoyos, la suma de los escaños del PSOE (123) con los de Podemos (42) y los de otras fuerzas más pequeñas como el Partido Nacionalista Vasco (6), Coalición Canaria (2), Compromís (1) y el Partido Regionalista de Cantabria (1), Sánchez alcanzaría los 175 escaños necesarios.
Otra opción es la mayoría simple
Si para Sánchez y el PSOE resulta demasiado complicado lograr los 176 escaños necesarios para la mayoría absoluta, todavía cuentan con otra opción ya que a legislación española contempla la posibilidad de que el presidente de gobierno sea elegido con una mayoría simple.
De acuerdo con el artículo 99 de la Constitución, si el Congreso no otorga su confianza por mayoría absoluta al candidato a presidente, su candidatura será sometida a una nueva votación 48 horas más tarde, y resultaría aprobada si obtiene una mayoría simple, es decir, que sean más lo votos a favor que en contra.
Esa posibilidad, no obstante, obligaría a Sánchez y al PSOE a procurar un número suficiente de abstenciones para evitar que los votos en su contra superen a los votos a favor.
En este escenario, los independentistas catalanes pueden ser decisivos.