¿Cuántas veces no has escuchado la frase que dice que el dinero no compra la felicidad? Si bien la riqueza económica no es el elemento primordial que determina la felicidad, tampoco es algo que se pueda desestimar a la hora de medir qué tan feliz es la gente.

Cada 20 de marzo, asociaciones como “World Happiness Report” evalúan y miden la felicidad de cada país, esto en el marco de las celebraciones del Día Internacional de la Felicidad, establecido por Naciones Unidas (ONU) desde 2013.

Este 2020, Finlandia se colocó, por tercera vez consecutiva, como el país más feliz del mundo, seguido de Dinamarca y Suiza.

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Algo que tienen en común los tres primeros lugares en felicidad es el dinero.

De acuerdo con un estudio realizado en 2015 por la Oficina Nacional de Estadística británica (ONS), los niveles de bienestar, satisfacción, autoestima y felicidad son mayores a medida que se incrementa la riqueza en el hogar.

No obstante, la relación entre dinero y ser felices no camina en línea recta, pues la acumulación de riqueza tiene un tope en su relación con el bienestar.

Finlandia el país más feliz

La metodología utilizada por World Happiness Report, para medir la felicidad fue realizar una encuesta a personas de 156 países diferentes.

Estas preguntas estaban basadas en la percepción de su calidad de vida, la cual debían calificar en una escala del 0 al 10.

Además de tomaban en cuenta criterios como el PIB, las ayudas sociales, la libertad individual o el nivel de corrupción.

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Por ello, el primer puesto de Finlandia puede sin embargo sorprender. El país de 5,5 millones de personas es conocido por sus inviernos rigurosos y oscuros, con unos habitantes taciturnos y con tendencias suicidas.

El informe 2020 se basa en datos de 2018 y 2019, y no tiene en cuenta las medidas excepcionales impuestas por varios países para frenar la pandemia del nuevo coronavirus.

Entonces ¿tener más dinero es la clave para ser feliz o no?

La respuesta es sólo si se utiliza de manera inteligente. Por ejemplo, en Finlandia el país más feliz, todas las personas gozan de los privilegios que ofrece el dinero público bien administrado.

Prestaciones de asistencia social fiables y generosas, un bajo índice de corrupción y el buen funcionamiento de la democracia y las instituciones estatales son parte de la clave.

Asimismo, en el país nórdico el alto sentido de la autonomía y libertad de sus ciudadanos ayuda a incrementar y mantener un estado de bienestar.

“El Informe de felicidad mundial ha demostrado ser una herramienta indispensable para los responsables políticos que intentan comprender mejor lo que hace feliz a la gente”, escribió dentro del Informe de la Felicidad Mundial, Jeffrey Sachs, director de la Red de Soluciones de Desarrollo Sostenible.

En conclusión, en efecto hay una relación directa entre tener dinero y ser felices. Sin embargo, la clave radica en cómo se usa ese dinero y en cómo los gobiernos y la sociedad lo utilizan para encontrar la tan ansiada felicidad.